FRESNILLO, ZAC.- Dos sujetos fueron ejecutados de manera espantosa en esta cabecera municipal, debido a que los decapitaron y desmembraron, y dejaron sus cuerpos tirados cerca de una presa.
El hallazgo tuvo lugar el jueves 5 de marzo, alrededor de las siete y media de la noche, en la Presa de Linares, en un lugar conocido por los campamentos que se hacen ahí por un grupo de escaladores.
Los ejecutados fueron identificados como Omar Torres Zamarripa alias “El Camarón”, que contaba con 34 años de edad, era albañil y vivió en la calle Calpulalpan número 229 de la colonia González Ortega de este municipio, y Jaime Haro Díaz, que tenía 26 años de edad.
La Policía Preventiva de Fresnillo recibió un reporte en el sentido de que en el lugar señalado se encontraban dos cuerpos tirados y a un lado un vehículo con impactos de bala.
De inmediato acudieron al lugar varios oficiales, que confirmaron la presencia de los dos cadáveres, que estaban decapitados y además les habían cortado las manos, encontrando las cabezas cerca de los cuerpos.
También se percataron que presentaban huellas de tortura y que en el sitio había 13 casquillos calibres 7.62 (de rifle de asalto AK-47 “cuerno de chivo”) y uno calibre 45.
Los uniformados acordonaron la zona y poco después llegaron al sitio elementos de las Policías Estatal, Ministerial y Federal, así como efectivos del 97 Batallón de Infantería.
Peritos de la Procuraduría de Justicia se encargaron del levantamiento de los cuerpos para su traslado al Servicio Médico Forense.
El hallazgo de los dos ejecutados fue hecho 4 horas después de que el Gobierno del Estado emitió un anuncio en el sentido de que el Municipio iba a estar más seguro.
Los cuerpos fueron levantados en calidad de desconocidos, pero posteriormente fueron identificados por sus familiares.
Omar fue reconocido por su pareja sentimental Julieta Roldán Flores, de 31 años, que dijo que desapareció desde el martes 3 de marzo y que desconocía por qué fue asesinado.
Jaime fue identificado por su madre María Antonia Haro Díaz, de 49 años y con domicilio en la colonia Guadalupana, en Tlaquepaque, Jalisco, que dijo que su vástago se dedicaba a cuidar un rancho ubicado a la salida de Fresnillo, ignorando igualmente por qué lo mataron.