AGUASCALIENTES, AGS.- Algunos delincuentes pretendieron saquear un cajero automático de Banorte ubicado en el exterior del Instituto de Educación de Aguascalientes (IEA), sobre la avenida Tecnológico, pero a pesar de que lo destrozaron se fueron con las manos vacías debido a que no lograron abrir la caja fuerte donde se encontraba el efectivo.
Durante el mes de febrero del año pasado, cuatro delincuentes pretendieron atracar la misma máquina expendedora de billetes, pero escaparon sin llevarse nada debido a que vieron pasar una patrulla de la Policía Preventiva y decidieron abortar el plan antes de ser detenidos.
El cubículo donde se encuentra el cajero automático está a escasos 10 metros de distancia de la caseta de vigilancia del IEA, pero los guardias de seguridad ni cuenta se dieron del intento de robo ni los daños ocasionados a la máquina.
Se estableció que los vigilantes tienen que hacer rondines de supervisión por todo el instituto, por lo que no se encuentran todo el tiempo en la caseta.
Esta situación fue aprovechada por los amantes de lo ajeno, que esperaron a que los guardias se retiraran para acceder al cubículo y proceder a destrozar el cajero para intentar saquearlo.
Durante varios minutos estuvieron dañando la máquina, logrando llegar a la caja fuerte, pero ya no pudieron abrirla para poder extraer el efectivo, por lo que se dieron a la fuga sin llevarse nada.
El intento de robo quedó al descubierto hasta minutos antes de las ocho de la mañana del viernes 6 de enero, cuando un cuentahabiente llegó al cajero para tratar de retirar dinero y se dio cuenta que estaba muy dañado.
Por lo anterior, de inmediato salió del cubículo y llamó a los servicios de emergencia, presentándose policías preventivos y estatales, que confirmaron los daños en el cajero y procedieron a acordonar la zona.
Momentos después llegaron agentes de la Comisaría de la Policía Ministerial para iniciar las pesquisas correspondientes y elementos de la Dirección de Investigación Pericial, que se encargaron de recolectar los indicios de los hechos.
Los investigadores entrevistaron a los vigilantes del IEA, que les manifestaron que no se habían dado cuenta de nada debido a que ellos tenían que salir de la caseta para cumplir con sus rondines.