Cortesía Metropolitano

AGUASCALIENTES, AGS.- Un calvario es el que ha vivido una trabajadora de la Delegación de Sedesol en Aguascalientes tras denunciar el acoso sexual del que era víctima por parte de uno de sus compañeros, y hoy en día además de que su caso no ha sido atendido, sufre acoso laboral por quienes de forma impune están protegiendo al agresor, quien no es la primera vez que presenta este tipo de conductas hacia sus compañeras.

Fue en octubre de este año que la trabajadora del área de informática denunció primero ante su jefe inmediato que era víctima de acoso sexual e incluso él mismo fue testigo de esta conducta sin que le llamara la atención al agresor.

Posteriormente la trabajadora acudió con la Subsecretaria de Administración de la Delegación de Sedesol en Aguascalientes, quien tampoco hizo nada, por lo que a través del sindicato de trabajadores se solicitó la intervención del delegado Otto Granados Franco, pero se negó siquiera a escuchar el caso.

Lo grave es que no sólo no se atendió una denuncia de los hechos de acoso que además contaba con testigos, sino que ahora con el fin de proteger al agresor aún con sus antecedentes, se ha emprendido una campaña en contra de la trabajadora, toda vez que la hermana del agresor trabaja en esta misma dependencia como secretaria del Subdelegado de Desarrollo Social y tiene una relación cercana con la Subsecretaria de Administración.

Cabe hacer mención que la denunciante acudió al Instituto Aguascalentense de las Mujeres, en donde en lugar de encontrar apoyo, la intentaron desalentar de denunciar el acoso.

Luego acudió a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la respuesta fue que enviarían una observación, la cual hasta el momento no ha respondido Otto Granados Franco.

La denunciante ha sido amenazada por parte de la hermana del agresor, y el colmo fue que en lugar de generar un espacio seguro llamando la atención al agresor y cambiándolo a él de lugar de trabajo, ahora es a la denunciante a la que se le quiere mover de lugar, a una oficina alejada, en la que estaría sola, dejándola en un estado de vulnerabilidad.

¿Por qué es la víctima quien debe cambiar su lugar de trabajo? ¿Por qué no se ha hecho nada en contra del agresor? ¿Por qué se le protege? Son las preguntas que no se han podido responder y que al parecer, al delegado Otto Granados Franco, no le interesa dar respuesta.

Noticiero El Circo