- El hartazgo por el cobro de derecho de piso originó el enfrentamiento entre los reos
AGUASCALIENTES, AGS.- Una mega riña que tuvo una duración de entre 20 a 25 minutos protagonizaron entre 70 y 80 internos de varios módulos del Centro Penitenciario Estatal Aguascalientes (CEPES) y en la que más de una veintena resultaron lesionados, tres de los cuales tuvieron que ser trasladados a un hospital a recibir atención médica debido a que dos sufrieron lesiones graves y se temía por su vida.
De estos tres reos, uno de ellos resultó ser el sicario Josué Abraham Torres Quintero, de 23 años de edad, sentenciado a 30 años de prisión por el delito de homicidio doloso calificado con premeditación y ventaja por su participación en las ejecuciones de Geovanni Ramírez López, de 27 años, y Jonathan Leonel Villanueva, de 20, ocurridas el lunes 20 de febrero del 2023 en un domicilio ubicado en la privada Benito Juárez número 54 en el Barrio de Carboneras, en Pabellón de Arteaga, señalado como “picadero”, para la venta y consumo de drogas.
Los otros dos lesionados hospitalizados son Juan César González Ramírez, de 37 años, y Bulmaro Javier Méndez González, de 23 años de edad.
De acuerdo a testimonios recabados, el hartazgo por el cobro de derecho de piso fue el detonante de la riña, que provocó la movilización de las corporaciones policiales de los tres niveles de gobierno.
El lunes 3 de noviembre se registró un primer enfrentamiento entre los reos por el cansancio del cobro de cuotas obligatorias, pero la riña fue controlada de inmediato por los custodios sin que pasara a mayores.
La historia cambió la mañana del martes 4, cuando los internos de los módulos 5 y 6 se unieron para enfrentar a los reos del módulo 8, donde se encuentran los del cártel de las “cuatro letras”, para tratar de ponerle fin a los cobros de derecho de piso.
Durante la pelea sacaron a relucir armas punzocortantes para agredirse y lesionarse.
Reclusos del módulo 15, donde se encuentran miembros de otro cártel, se unieron a la gresca, que tomó grandes dimensiones y que obligó a los custodios a pedir el apoyo de las autoridades externas para controlar la situación.
En la riña, que se prolongó por más de 20 minutos, participaron entre 70 y 80 internos, según confirmaría posteriormente el secretario de Seguridad Pública del Estado, Antonio Martínez Romo.
Además del uso de armas punzocortantes, fueron incendiadas cobijas y colchones, por lo que la humareda ocasionada por el incendio se apreció desde el exterior del centro penitenciario, donde se encontraban concentradas decenas de familiares de los internos, que aguardaban el ingreso ya que era día de visita.
A los parientes que ya estaban por entrar al CEPES se les pidió abandonar el inmueble, lo que hizo temer lo peor de lo que estaba sucediendo al interior.
Y la zozobra aumentó con la llegada de decenas de elementos de las Policías Municipal, Estatal y de Investigación así como de efectivos de la Guardia Nacional, paramédicos a bordo de varias ambulancias así como del personal de Bomberos Municipales.
Los familiares de los internos, desesperados, exigían información sobre lo que acontecía dentro del CERESO y cómo se encontraban sus familiares, lo que hizo vivir momentos de tensión, en los que algunas mujeres sufrieron crisis nerviosas y tuvieron que ser auxiliadas.
Con el apoyo externo de los elementos de Seguridad Pública finalmente se pudo disuadir la riña y poner bajo control la situación.
Durante el recuento de los daños, los mencionados Josué Abraham Torres Quintero, Juan César González Ramírez y Bulmaro Javier Méndez González, en ambulancias, tuvieron que ser trasladados a un hospital para su atención médica por las lesiones que presentaban.
De manera extraoficial trascendió que el estado de salud de dos de ellos era grave, ya que uno presentaba un traumatismo craneoencefálico severo en tercer grado y otro una herida en el cuello y un pulmón perforado tras ser apuñalado por la espalda, mientras que el otro presentaba una herida por arma punzocortante, pero no de gravedad.
Se informó que el personal penitenciario apagó el incendio originado por los internos y que se habrían asegurado varias armas punzocortantes.
Los demás reos lesionados, alrededor de una veintena, fueron atendidos en la enfermería del propio CERESO por los golpes que presentaban.
