AGUASCALIENTES, AGS.- Tras dos años de estar trabajando como repartidor de una empresa de lácteos, un joven sufrió su primer asalto a mano armada en el fraccionamiento Valle de los Cactus, en el oriente de la capital, por parte de dos delincuentes que hasta lo dejaron en la caja refrigerada del camión que traía a su cargo.

Los hampones lo despojaron de 7 mil pesos en efectivo, su cartera y su teléfono celular y le amarraron las manos con un cincho, tras de lo cual se dieron a la fuga a bordo de un automóvil en color verde, en el que los estaba esperando otro sujeto al volante y con el motor en marcha.

El asalto se registró el sábado 15 de agosto, alrededor de las tres de la tarde con diez minutos, sobre la calle Paseo de la Biznaga, a la altura de Recinto Palilla, en dicho fraccionamiento.

La víctima resultó ser César Eduardo Soto García, de 23 años y vecino de Lomas del Ajedrez, que traía a su cargo un camión Isuzu ELF400, color blanco, con número económico 961 y con placas JS-50-249 de Jalisco.

El joven repartidor  llegó a Valle de los Cactus para entregar mercancía, estacionándose en las calles señaladas para dirigirse a una tienda de abarrotes, propiedad de Martha Susana González Dávila, de 29 años, ubicada en el número 48 de Recinto Palilla.

Tras tomarle su pedido regresó al camión, pero cuando iba a subir a la caja refrigerada para acomodar el producto, fue interceptado por los dos asaltantes, uno de los cuales lo amagó con un arma de fuego y lo subió a dicha caja.

Enseguida, le pidió el efectivo de las ventas, refiriéndole que el dinero no era de él sino de la empresa, a fin de que no opusiera resistencia, por lo que César Eduardo le entregó 7 mil pesos en efectivo, pero también le quitó su cartera y su celular.

Tras lo anterior, el otro asaltante lo amarró de las manos con un cincho de plástico en color blanco y pretendieron dejarlo encerrado en la caja refrigerada, pero no pudieron cerrar la puerta.

Los hampones abordaron el auto verde que su cómplice había estacionado frente al camión del repartidor y luego se dieron a la fuga a toda velocidad.

Al ya no escuchar ruidos, el ofendido salió de la caja refrigerada y caminó hasta la tienda de abarrotes para pedirle ayuda a Martha Susana, que cortó el cincho para liberarlo, tras de lo cual reportaron el atraco a los servicios de emergencia.

Al sitio llegaron policías municipales en las patrullas 0009 y 0363 así como agentes ministeriales, a quienes César Eduardo les indicó que uno de los asaltantes era chaparro, moreno y que vestía camisa azul y cachucha azul, mientras que el otro era moreno, flaco, alto y que vestía camisa negra y cachucha negra, precisándoles que el acento de su voz era foráneo, como “chilango” o de Oaxaca.

Los elementos desplegaron un operativo por la zona, pero no lograron localizarlos

Noticiero El Circo